Odoacro y la estrategia de Marketing
- Por David Baro
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- 13 abr, 2020
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Lecciones de Marketing que podemos sacar de la caída del Imperio Romano

Es muy posible que el nombre de Odoacro no te suene, y no es de extrañar. Yo lo descubrí mientras hacia un curso de SEO para principiantes en IEBS cuando nos hicieron realizar un ejercicio de poscicionemiento de una entrada blog.
Pero cuando empecé a saber de él hubo cosas que me sorprendieron.
¿Quién era Odoacro y qué relación tiene con la caída del Imperio Romano?
Odoacro
fue un bárbaro (procedente de uno de los conocidos como pueblos ostrogodos)
que llegó a ser el primer rey de Italia (476-493) después de deponer al último
emperador de Roma de Occidente, Rómulo Augusto. Hay que decir que este
título no tenía la misma categoría de emperador, sino que era más bien una
especie de virrey dependiente del emperador de Roma de Oriente.
La llegada de Odoacro a este puesto no es rápida ni sencilla: todo empieza en el año 475 cuando Oretses (jefe de la guardia imperial), de regreso a Italia de sus campañas contra los visigodos, se sublevó contra el emperador Julio Nepote y puso a su propio hijo Rómulo Augusto en el trono del imperio de Occidente.
Odoacro
permaneció en el trono
hasta el 490 cuando después de tres grandes batallas fue derrotado por el godo
Teodorico el grande rey de los ostrogodos, uno de
los gobernantes más poderosos de su tiempo. En su momento de mayor apogeo,
gobernó sobre las penínsulas ibérica e itálica, la Galia mediterránea y las
provincias del Danubio, llegando a ser considerado un heredero de los
emperadores romanos.
Esta, sin duda, fue la causa
mayor de la caída del imperio romano.
Aunque el imperio oriental se mantuvo durante mil años más, ya no era el
Imperio que había sido.

¿Qué relación tiene Odoacro con el Marketing?
- La corrupción de los altos cargos de la administración.
- La pasividad del ciudadano ante problemas y obligaciones.
- El retroceso del comercio por el exceso de impuestos que tenían que pagar los comerciantes y artesanos.La decadencia de las ciudades, abandonadas por las clases altas, instaladas en sus villas de recreo.
- Crisis de la clase mediana, abrumada por las presiones fiscales.
- Un grave descenso demográfico.
- Durante los últimos siglos del imperio visigodos y ostrogodos protagonizaron fuertes encontronazos bélicos por dominar el territorio que componían las fronteras del Imperio Romano.
3.- División interna en la propia organización.
- Nada bueno puede augurarse en una organización si ante una situación de amenaza externa, los poderes se dividen como ocurrió la separación del Imperio romano entre el Imperio Oriental y el Imperio Occidental.
- Ante una amenaza externa cuanto mayor sea la capacidad de todos y todas de compartir misión y visión, más fuerte y resistente te haces.
4.- La creación de una macro estructura, dificulta el foco
- Cuanto más crece la estructura, más se diluye la cultura de empresa y más se pierde el foco inicial que tenía la organización en el momento de su creación.
5.- Insatisfacción de tus clientes
- Los clientes del Imperio Romano no era la cúpula de la organización sino el pueblo que tenía que verse beneficiado de la actuación del Imperio.
- El Imperio romano actuó como invasor, imponiendo cultura y lengua, cosa que no favorece en absoluto que los nuevos pueblos conquistados se sintieran vinculados con el invasor.
- Por otro lado, el pueblo romano, viendo que no obtienen ningún beneficio de la expansión imperial, viendo que los únicos beneficiarios eran la cúpula de la organización, dejan de dedicarse ciegamente a la causa y muestran su descontento con desobediencia e incluso sublevaciones.
6.- Falta de estrategia clara y poca calidad de los cuadros de mando
- La extensión y la posterior división del imperio hace que no exista una estrategia clara de actuación. Cada espacio
- La calidad de los últimos emperadores y estructura jerárquica del Imperio dejan mucho que desear. Más que velar por el Imperio se dedicaron a expoliar el mismo y a preocuparse por sus riquezas.
7.- Falta de propuesta de valor atractiva
- Pero quizás lo más grave de todo es que el Imperio Romano no ofreció ninguna propuesta de valor realmente a la altura de la creación de un imperio. No ofreció nada a sus conciudadanos para que se uniesen a su causa.
- Hay una gran diferencia entre la propuesta de valor de Roma (trabaja para el imperio o morirás) que la del naciente cristianismo (alcanza el reino de los pobres y justos. La salvación eterna).
